Choferes de taxi: una nueva categoría debajo de la indigencia

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Los recibos de sueldo paupérrimos y las condiciones laborales precarias dejan a miles de trabajadores en el olvido, sin acceso a derechos básicos ni posibilidades de progreso.

En Córdoba, la realidad de los choferes de taxi refleja una situación alarmante que va más allá de la pobreza o la indigencia. Los trabajadores del volante, que garantizan un servicio esencial para la sociedad, enfrentan ingresos que no alcanzan para cubrir necesidades básicas y condiciones laborales que los dejan fuera del sistema financiero y social.

El problema se agrava con la figura de “cubre franco”, utilizada por muchos permisionarios para registrar a los choferes con sueldos mínimos en los recibos. Recibos de $80.000 o $100.000 mensuales no solo son insuficientes para sostener una familia, sino que también les cierran las puertas a derechos esenciales como:

Ser garantes para alquilar una vivienda.

Obtener una tarjeta de crédito o un préstamo.

Acceder a un crédito para un auto nuevo, necesario para obtener su propia licencia de taxi.

Con esos números, un chofer no puede aspirar ni a ser garante de un monoambiente, ni a sacar un préstamo, ni siquiera a financiar un lavarropas. Es más fácil que te den un plan de cuotas para un perro salchicha que un crédito para un auto OKM. Y mientras tanto, el chofer sigue girando en un círculo vicioso, con un recibo de sueldo que no alcanza ni para cargar la famosa Tarjeta Sacoa. Sí, los que pintamos canas entenderán el chiste; el resto puede googlearlo.

El fracaso de la última entrega de licencias

La precariedad de los recibos de sueldo fue uno de los factores determinantes en el fracaso de la última entrega de licencias municipales. De los más de 4.000 adjudicatarios, solo 500 eran choferes, y un puñado más del público general. El resto de las licencias no se adjudicaron porque los ganadores no pudieron cumplir con los requisitos financieros.

Es evidente que, con estas condiciones, las políticas de inclusión terminan siendo exclusión disfrazada. Los choferes quedan fuera de todo, con las licencias acumulando polvo y el sistema perdiendo credibilidad.

El 90% de los choferes: sin vacaciones, sin aguinaldo, sin derechos

A todo lo mencionado, el 90% de los choferes, y digo 90% para no ser exagerado, no solo tienen malos recibos de sueldo, sino que viven sin los derechos básicos que cualquier trabajador debería tener: vacaciones, aguinaldo, licencias por enfermedad o cualquier tipo de beneficios laborales. Mientras otros sectores disfrutan de estas garantías mínimas, los choferes se ven obligados a seguir trabajando sin descanso, sin respaldo, y sin ninguna protección ante eventualidades. La jornada laboral no termina nunca, porque el chofer, literalmente, nunca tiene vacaciones.

Impacto social y emocional

El problema no es solo financiero. La inestabilidad económica genera altos niveles de estrés y desgaste emocional en los choferes, afectando tanto su salud como su vida familiar. Jornadas laborales interminables, sacrificios personales y la imposibilidad de progresar los colocan en una posición de vulnerabilidad absoluta.

Un llamado urgente al cambio

La sociedad y las autoridades deben tomar conciencia de esta problemática. Es urgente garantizar condiciones laborales dignas, recibos de sueldo acordes a la realidad del trabajo y accesibilidad a derechos básicos para quienes brindan un servicio esencial como el taxi.

Bitumi Mario, Secretario General: “SEGUIMOS CAMBIANDO EL RUMBO.”

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